Caminar juntos y escucharnos. La importancia de la letra caída

En nuestro habla cotidiana nos referimos a nuestra institución universitaria como UCA; y no sólo coloquialmente, también esta denominación está colonizando nuestros escritos formales y empieza a constituirse en la manera común de designar a la Universidad Católica Argentina. Cualquiera puede notar que una letra se ha caído. Es que, para ser sinceros, no nos simpatiza y, a fuerza de “olvidos” aceptados, vamos cincelando el lenguaje. Se trata de la letra “P”. Es que hoy, en varios planos de nuestra casa de estudios, hay quienes no ocultan su oposición al magisterio del papa Francisco y podríamos pensar que algo de ello se oculta detrás de tal caída de la forma gráfica. Pero creo que además hay una actitud que marca y defiende a rajatabla la zona de confort erigida en defensa de un estilo de enseñanza casi exclusivamente intelectual. Esa bendita P nos recuerda también que nuestra universidad es Pontificia, es decir, hacedora de puentes. Sólo tiene sentido este caminar juntos y escuchar a la comunidad: si estamos decididos a construir puentes que perforen los muros simbólicos de la universidad y salgan al encuentro del contexto que nos contiene y del entorno que nos da lugar en la geografía y nos define El barrio, la gente, sus vidas y sufrimientos, sus saberes y nuestra preparación académica sólo pueden encontrarse en la pontificia voluntad de trabajar por esta sociedad concreta que nos da sentido y explica por qué existimos como Comunidad Universitaria. Tenemos una identidad que incluye una forma de ejercicio de las Experiencias de Formación Inclusiva (EFI), que son un vehículo de concreción para la construcción de estos puentes de diálogo, de comunión y de servicio, que no sólo llevan la riqueza de nuestros conocimientos, sino que además vuelven con nuevos saberes recogidos en el campo del pueblo que invitan a una Integración Permanente de Saberes. Esta dinámica de encuentro entre los saberes académicos y populares, sumado al trabajo en equipo, muestra algunos efectos de la palabra que circula haciendo lazo entre nosotros. Es que el deseo de reunirnos, en la pandemia, ha derivado en múltiples búsquedas y nuevas preguntas que nos convocan a seguir cultivando la comunión. Los trabajos que se pueden encontrar en este tercer volumen de nuestra colección “Ser y Saber en Comunidad” nos permiten acercarnos a una parte de la tesis doctoral de la Dra. María Elena Aradas Díaz, desde el Centro Franciscano de Estudios y Desarrollo Regional, sobre la sostenibilidad alimentaria en el marco de la justicia ambiental y, además, a reflexiones, experiencias, investigaciones de docentes y miembros de la Delegación sobre: algunas experiencias formativas en diversos territorios, la participación ciudadana en medios digitales y cómo se puede recibir la vida así como viene.